Si buscas un lugar para desconectar y encontrar tu paz interior en Santa Cruz de Tenerife, Ama Centro de Yoga es el destino ideal. Situado en Av. Profesor Peraza Ayala, 13, bajo 3, este centro se destaca no solo por su ubicación céntrica, sino también por la atmósfera acogedora que ofrece a sus visitantes.
Una variedad de clases para todos
Ama Centro de Yoga cuenta con una amplia gama de modalidades y niveles de yoga, desde el tradicional Hatha hasta el innovador yoga aéreo. Esto significa que, sin importar si eres principiante o un yogui experimentado, aquí siempre encontrarás una clase que se adapte a tus necesidades. ¿Te imaginas poder elegir entre diferentes estilos como Vinyasa, meditación y más? ¡Es una maravilla!
La flexibilidad es clave en este centro. Puedes reservar o cancelar tus clases a través de una aplicación, lo que te permite gestionar tu tiempo de manera eficiente. Esto es un gran alivio para quienes llevan una vida ocupada y buscan integrar el yoga en su rutina diaria.
Instructores apasionados y profesionales
La calidad de los profesores es otro aspecto que hace de Ama un lugar especial. Jiang y Ramón son dos instructores con una profunda experiencia en yoga, quienes no solo imparten conocimientos, sino que también se involucran personalmente con cada alumno. Su atención a las posturas y la respiración crea un ambiente de aprendizaje seguro y enriquecedor. Cada clase es, literalmente, un regalo para el cuerpo y el alma.
Los usuarios han destacado cómo, incluso después de años de práctica, cada sesión es única y te invita a explorar más allá de la mera actividad física. La calidez y dedicación de los instructores hacen que cada visitante se sienta como en casa. ¡Eso es algo que realmente se valora!
Otro punto a favor es la facilidad de aparcamiento en la zona, algo que puede ser un desafío en otras partes de Santa Cruz. Así que, si estás pensando en asistir, no te preocupes por encontrar un lugar donde dejar tu vehículo.
Ama Centro de Yoga es el sitio perfecto para comenzar tu viaje hacia el equilibrio y la paz interior. ¡Namaste!
